jueves, 24 de diciembre de 2009

Coromandel Peninsula.

Luego de haber renunciado a Sale St bar y haber emprendido un viaje de 10 días a Australia, volví a Nueva Zelanda para otro viajecillo de 5 días a la Península Coromandel con Pamela y su amiga Mabel. Todo comenzó el domingo 20 de diciembre con mapa en mano e improvisando el camino. Sólo sabíamos que íbamos a acampar y que íbamos a Coromandel.
Un poco más sobre Coromandel. Es una península en la Isla Norte, bastante cerca de Auckland, que se extiende en la costa del Pacífico:




La península está llena de cerros y tiene muchos bosques debido a su clima subtropical. A su vez aloja playas de larga extensión de arena dorada. Como se ve en el mapa, está llena de pueblitos, pero solo uno de ellos - Thames - supera los cinco mil habitantes. Los otros bordean los mil habitantes. En sus tiempos mozos, la península fue de gran actividad minera, explotando el oro principalmente. Hoy en día, es más que nada un lugar de turisteo.

Empezando el recorrido, pasamos por una cascadilla llamada Waiau. El camino por la carretera atravesaba bosques, se paseaba por playas y era lleno de curvas. Finalmente cuando la noche llegaba y después de ir bordeando toda la costa oeste de la península decidimos acampar en la punta norte, en Port Jackson. El camping era bastante simple: ducha de agua fría, espacio para BBQ, baños y espacio para la carpa. Estaba al frente de la playa, pero era sumamente ventoso. Ya veíamos que la carpa volaba.
A la mañana siguiente, tomamos un ratito sol en esa angosta playa y seguimos rumbo a la costa este. Ahí pasamos por Whitianga (se pronuncia Fitianga), almorzamos y continuamos hasta encontrar un camping bastante top en Hahei: baños de verdad, cocina, duchas con agua caliente, lounge and TV room, zonas de picnic, etc. Ahí nos quedamos dos noches. El primer día fuimos a pasear a la playa de Hahei y subimos un cerro para cruzar a Cathedral Cove, una atracción turística bastante famosa en la península:

Hahei Beach

Subiendo el cerro


Cathedral Cove




Pasamos la tarde ahí tomando sol - aunque estaba nublado - y luego volvimos al camping para nuestra última noche. Al día siguiente partimos a la famosa Hot Water Beach, una playa que, cuando hay marea baja, al cavar en la arena puedes encontrar agua que está entre los 60 y 64 grados celcius. Lamentablemente fuimos temprano y la marea baja comenzaba casi a las 7pm, así que solo nos quedamos tomando sol un rato. Camino a nuestor siguiente destino, Whangamata (se pronuncia Fangamata), pasamos por el bosque que alberga a los Kauris gemelos (faltó la cámara con gran angular para captar el árbol entero).


Luego de eso, hicimos la gran aventura del paseo: fuimos a un bosque, subimos un cerro de 800 metros de altura, donde casi en la cima habían remanentes de una mina de oro. En uno de sus túneles de 500 metros de largo pudimos ver a los famosos Glow Worms, gusanillos luminosos. Fue realmente un espectáculo, era como ver las estrellas a menos de un metro en el techo oscuro del túnel.

Entrada al Túnel


¡Glow Worms!



¿Conductos?


Vista desde arriba


Bajando el cerro, estábamos muertas de cansancio, así que nos dirigimos directamente al siguiente camping a descansar. Al día siguiente, nuestro último día de aventuras, pasamos a la playita en Whangamata y después a Waihi Beach.

Whangamata Beach


Vista desde un cerro en la punta de Waihi Beach
Hermosos colores del mar


En resumen, un pequeño paseo de playas y bosques, puro descanso y relax. Merecidas vacaciones luego de meses de trabajo... y se vienen más paseos aún. Atentos.